Sí que sirve recordar, sí que sirve no olvidar.

Sirve, más allá de los oportunismos políticos, de los discursos vigorosos, confrontadores, y hasta incitadores primero, para desmentirlos después.
Sirve, para tener claro que no queremos que un ¨proceso¨ se lleve la vida de miles y miles, deje sin identidad a otros tantos, secuestre, torture, y robe hasta las propiedades de quienes piensan distinto, o simplemente nada, piensen.
Sirve para exigirles a los políticos de turno, que no dejen ni un resquicio de oportunidad para que algún iluminado se haga cargo de quere salvar al país de un supuesto ¨caos¨.

Claro, para eso, hay que tratar de ser fuertes, como sociedad, como país, y no sé en ese tema como andamos...
Ante la pregunta de cómo pudo pasar, cómo pudo durar tanto tiempo,cómo nadie decía nada, o el fueron todos cómplices?, hay que decir que sólo una mínima parte de la sociedad apoyó a la dictadura, que con los medios para reprimir, sembró el terror sistemático que hizo enmudecer a la gran mayoría, pero no a todos: hubo protestas obreras y marchas de las madres y abuelas , pero con los medios masivos controlados, con censura previa de lo que se publicaba, el margen se achicó mucho. Y si a eso , le sumamos dictaduras por toda Sudamérica, menos posibilidades todavía.

Según datos oficiales, 364 centros clandestinos de detención de personas funcionaron de manera estable, y desaparecieron casi 14.000 personas ( multipliquemos el dolor de las familias y los amigos, y se hace una cifra gigantesca ! ), más casi 2.000 personas que fueron ¨liberadas¨.
La deuda externa total en 1975 era de U$S 8.085 millones de dólares, pasando a ser en 1983 U$S 45.087 millones de dólares.
La participación del salario en el Producto bruto interno pasó del 45% al 27 % y el índice de pobreza de 3,2% en 1974 a 28 % en 1983.
A todo esto agreguemos la situación en la Guerra de Malvinas, la primera derrota del Ejército Argentino en su historia, con todo lo que sabemos que sucedió: chicos que no tenían la preparación, la alimentación , ni los elementos adecuados para semejante enfrentamiento.
Encima, las empresas del Estado fueron bastardeadas, vaciadas, desprestigiadas desde los medios, incentivando lo que después sería el ¨consenso¨ para privatizar.
Desde mi humilde visión, la peor estapa de nuestra historia.

Sirve, sin duda para recordar, pero sirve más si no nos olvidamos, de esos datos y de la realidad, que ya sabemos, la ficción, en este caso, no puede ni siquiera rozar.